Se denomina así el paisajístico recorrido entre Sorrento y Salerno, en el
pintoresco sur de Italia, a unos 30 kilómetros de Nápoles. Desde los
acantilados con vistas arrebatadoras al Mediterráneo, hasta sus antiguos
poblados donde se puede consumir deliciosos quesos mozarella, pastas aderezadas con exquisitas salsas de tomate local
y el fresco sabor del licor de preferencia: el limoncello; la costa amalfitana es un lugar para perderse y
reencontrarse de nuevo con el paraíso. La mayor desgracia de visitarlo, es que
el turista quiere de pronto abandonar su patria para fincar aquí: donde el sol
parece calentar de una forma especial y la vida transcurrir con el suave ritmo
de la dolce vita.
QUÉ VISITAR
Como rey de la zona se
corona Positano, decorado con sus construcciones
de color pastel que van de un dulce amarillo hasta un color melocotón. Por
supuesto, hay que visitar Amalfi, la
primera de las cuatro grandes repúblicas marineras de Italia, cuyo centro
histórico es un laberinto de edificios medievales y renacentistas. Ravello gobierna desde las alturas
sobre el Mediterráneo, y ofrece una de las mejores vistas, a la par del encanto
de sus pobladores que parecen aún encantados en el pasado. Hay otros pueblos
menores que visitar en el camino, como Praiano, Minori y Atriani, cuyo tamaño
minúsculo no guarda relación con su belleza y encanto.
GUIA PRÁCTICA
COMO LLEGAR
Sugerimos tomar el tour
llamado Gran Sur Italiano, que parte desde Roma para visitar Nápoles, Sorrento,
Salerno, Amalfi, Capri y Pompeya.
Para quienes prefieran
hacer el recorrido por su cuenta, sugerimos rentar un auto en Nápoles y
reservar hoteles en Positano o Ravello. Se puede rentar desde los tradicionales
Fiat a precios moderados, hasta autos exclusivos como Ferraris, para pasearse
como un magnate.
DONDE DORMIR
Los hoteles míticos de la
Costiera son el Caruso en Ravello; Le
Sirenuse en Potisano, o II San Pietro y el Santa Caterina elevados en lo alto
de sendos riscos convenientemente apartados del bullicio de Positano y Amalfi,
respectivamente.
DONDE COMER
EN LA
COSTIERA NO SE PIERDA…
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Pueblos
imprescindibles como Ravello, Positano y la monumental Amalfi, así como otros
secretos mejor guardados, como Cetara, Atrani, Minori, Praiano o Conca del
Marini.
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Nápoles,
con su vastísimo legado monumental y su regusto canalla, es de visita obligada,
además de contar con el aeropuerto más próximo para llegar a la Costa
Amalfitana.
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Sorrento
queda también a tiro de piedra, y su casco antiguo y su costa son una delicia.
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Las
bellísimas ruinas de Pompeya, una excursión al Vesubio y, con algo de tiempo,
la aristocrática isla de Capri.